5: 30 de la tarde del domingo 30 de junio de 1985. Tenía la sensación de vacío. Estaba triste aunque no lo exteriorizaba. Tenía apenas 9 años y Perú acababa de perder su clasificación directa al Mundial México 1986. Hasta hace apenas 8 minutos, Perú estaba clasificado. Pero un largilucho delantero argentino de larga cabellera rubia y con el número 16 en la espalda había roto mis sueños y los de los más de 20 millones de peruanos. La selección albiceste había empatado y con ello aseguraba su pase al Mundial. Perú iba al repechaje pero con la moral abajo. El culpable: Ricardo Gareca. 

30 años después, todo hace indicar que ese flaco - quien hizo entrar el balón al arco peruano defendido por Eusebio Acasuzo con previa falta a Javier Chirinos del argentino Pasculli - será el encargado de intentar devolver al fútbol peruano a una cita mundialista como entrenador de la bicolor. Como si se tratara de un gesto para remediar esa frustración que nos causó Gareca la tarde del 30 de junio de 1985.

Ricardo Gareca es uno de los pocos futbolistas que ha tenido el privilegio de pasar por Boca Juniors y River Plate. Sin embargo, su mejor performance como jugador fue en América de Cali en donde estuvo 5 años. Aún recuerdo como le volteó un partido a Universitario de Deportes (el equipo de mis amores) en 1988 en el Estadio Nacional de Lima. Era un encuentro por la segunda ronda de la Copa Libertadores y luego de haber adelantado al minuto Juvenal Briceño para los cremas, Gareca rompió nuevamente las ilusiones de los hinchas peruanos cremas con dos goles en el arco norte. Años después, en el 2008 revirtió aquella pena de los hinchas cremas regalándonos el título del torneo Apertura.

¿Revertirá otra vez Gareca aquel daño que provocó en el corazón de los hinchas peruanos en 1985? Con los hinchas de Universitario sí lo hizo. Ahora falta que lo haga con los 30 millones de peruanos.