Ollanta Humala está decidido a que no le manejen la agenda. Él tiene la suya y no acepta que los sectores más críticos al Gobierno si quiera le hagan algún consejito. Eso al menos ha dejado como sensación la entrevista que concedió el Presidente de la República en la víspera al periodista Raúl Vargas. 

Para el Jefe de Estado, el caso Martín Belaúnde Lossio no es su principal preocupación. Considera que no le genera crisis y menos poca popularidad. Es un caso que debe ser tratado pero no le quita el sueño. Y su mejor respuesta es negar cualquier cosa inmediatamente. No entra en detalles, solo lo niega. Igual pasa con el caso Óscar López Meneses.

Al Presidente le interesa mucho también asegurar que él es el líder y la máxima autoridad, y que sus primeros ministros deben alinearse. Decir públicamente que él es el Presidente cuando nadie ha cuestionado su investidura parece ser parte de una conducta insegura.

Un Jefe de Estado debe convocar siempre a los mejores, a los talentos. El problema con algunos mandatarios es que este tipo de convocatorias siempre generará celos, envidias o miradas de reojo. Por ejemplo, el ex Premier César Villanueva – exitoso Presidente Regional de San Martín - quiso aplicar nuevas ideas en un régimen que tenía otra línea. La consecuencia: tuvo que renunciar tras casi 4 meses de gestión. Se impuso la línea del Presidente. Con ella no se juega y menos se cuestiona. Parece ser ésta la característica de Humala Tasso evidenciada en la última entrevista.

Da la impresión que al Presidente le preocupa mucho que alguien dude de su liderazgo y de su dirección en la agenda del Gobierno. Le incomoda que cuestionen sus decisiones y hasta lo interpreta como una falta de respeto a su investidura.

Ese es el perfil de Humala señores. A estas alturas del partido, parece mejor dejarlo terminar su Gobierno tranquilo antes de entrar en confrontaciones peligrosas. Tal vez sea esa su estrategia o posiblemente busca provocar. Aunque a la oposición política no le conviene quedarse callada sobre todo en un año que será electoral. Agárrese quien pueda.