Comunicación fallida
La nula estrategia de comunicación sobre la ley de promoción del empleo juvenil
Una de las frases más repetidas por el Presidente Ollanta Humala ha sido “hacer las cosas bien”. El Jefe de Estado ha remarcado en varias ocasiones la necesidad de realizar, impulsar o gestionar una iniciativa siempre por los canales formales, es decir mediante las buenas formas.
Hoy, su régimen experimenta tal vez la peor puesta en práctica de esa reiterada frase de Humala Tasso. La ley de promoción del empleo juvenil se ha convertido en el mejor ejemplo de cómo este Gobierno no le interesa mucho comunicar bien sus propuestas, es decir, hacer las cosas bien.
Si tan convencidos estaban de sus virtudes, el proyecto debió estar acompañado de una estrategia de comunicación que hubiese permitido entender sus alcances en todo su conjunto. ¿Qué le costaba a Humala y compañía lanzar una campaña en radio y televisión explicando los beneficios de la ley? ¿Qué le costaba seleccionar a un grupo de expertos explicando en una pizarrita los detalles de la ley? ¿Qué le costaba diseñar una campaña comunicativa con rostros de jóvenes hablando sobre la norma? ¿Qué le costaba al Gobierno aterrizar la ley?
¿Qué hubo en lugar de todo esto? Pues todo lo contrario a hacer las cosas bien como pregona el Presidente. Primero una respuesta del mismo Ollanta Humala diciendo que los jóvenes deben pagar su derecho de piso. Segundo, el mismo Humala asegurando que los que promueven la protesta contra la norma son los universitarios, dividiendo más el debate. Respuestas que solo han generado mayor confrontación y repudio a la norma entre un sector de la población como los jóvenes que hoy están más y mejor organizados para generar debate. A casi 4 años de Gobierno, el Jefe de Estado parece no haber aprendido a leer la coyuntura y menos a entender al ciudadano peruano de a pie.
El ministro de Economía, Alonso Segura, quien ha salido en medios en estos días más veces que en toda su gestión, ha sido incapaz de destrabar los cuestionamientos. Lo que es peor, la congresista fujimorista Martha Chávez ha tenido incluso que comerse el pleito como Presidenta de la comisión de Trabajo del Congreso defendiendo la norma. Ironías de la vida para Humala Tasso. La defensa vino de una conspicua militante del partido al cual el propio Presidente consideró hace poco nacido de la cloaca. Ni buenos voceros tuvo el Ejecutivo.
A estas alturas, muchas bancadas en el Congreso han anunciado su retiro de firmas de la normas y hasta han pedido la suspensión de la norma que ellos aprobaron en dos votaciones. Decisiones movidas por el fin electoral y no necesariamente por convicción. Muy tarde para un problema que viene creciendo como una bola de nieve que el Ejecutivo parece ignorar a un alto costo político.
¿Hará las cosas bien Humala y compañía para corregir esta metida de pata comunicacional? Parece difícil.