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Los escuderos de nuestros tiempos

A propósito de la feroz defensa de la Premier Ana Jara por el Presidente de la República en el Caso López Meneses

Publicado: 2014-10-17

Desde tiempos remotos, la figura del escudero siempre fue apreciada por las grandes casas reales o los grandes señores que se preciaban de contar con este tipo de personajes para sus actividades diarias. Es muchos casos, los escuderos sobresalientes eran ascendidos al grado de caballeros en reconocimiento a su valía y a su entrega permanente en honor a su líder. El escudero era capaz de dar la vida por quien le ofrecía la oportunidad de cuidar sus espaldas. Mientras más distinguidos eran, más reconocimiento recaía en su líder. 

En nuestros tiempos, aunque en esencia tiene las mismas características, la figura del escudero ha sufrido una serie de transformaciones capaces de dejar mal parados a los que asumen esta función.

Nuestro país es - de un tiempo a esta parte – un escenario promotor de escuderos con estas nuevas características. El escudero en el mundo político del Perú es capaz de poner las manos al fuego por su líder. No importan las consecuencias en el futuro. En el Perú, este personaje siempre vivirá a la sombra de su líder. Será complicado que tenga vida propia. Ejemplos tenemos de sobra. Quien no recuerda al famoso “Chauchiller” Gustavo Pacheco quien es recordado por su defensa a ultranza de su líder Fernando Olivera. ¿Alguien más me puede decir porque más se le recuerda a Pacheco?

Otro caso es el recordado Teniente Alcalde de Lima, Marco Parra. Su líder Luis Castañeda Lossio durante anteriores dos gestiones pudo estar relativamente tranquilo porque el que ponía el pecho era Parra. Luego este mismo personaje quiso tentar un cargo público al postular al Congreso en el 2006 pero no tuvo éxito. ¿Alguien más lo recuerda a Parra por algo diferente a su defensa a Castañeda?

No podemos dejar de mencionar a Jorge del Castillo quien pese a que ha logrado un protagonismo político por su rol de Alcalde de Lima, Jefe del Gabinete y Congresista de la República, se le recuerda por su defensa a ultranza de su líder Alan García Pérez. Siempre puso el pecho cuando el ex Presidente se encontraba en el exilio. El escándalo de los petroaudios lo obligó a renunciar y a olvidarse de una eventual candidatura presidencial. Y es que vivir bajo la sombra de Alan García, significa estar condenado a ubicarse en un segundo plano.

El último capítulo de un escudero de nuestros tiempos lo ha protagonizado la Presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara Velásquez. La premier le dedicó 50 minutos de una conferencia a defender al Presidente Ollanta Humala de las acusaciones sobre un supuesto encubrimiento de información sobre el caso López Meneses. Jara olvidó su papel de autoridad que debe encargarse de gestionar, conciliar y ser neutral. No es su papel promover enfrentamientos ni poner las manos al fuego por alguien. Ella es la Jefa del Gabinete del Gobierno peruano y no la abogada de Ollanta Humala. Su defensa ante el caso López Meneses hizo que pasara a integrar la lista de los escuderos de nuestra reciente historia política. Flaco favor para un personaje que para muchos tendría las condiciones de lograr cierto consenso para encabezar una eventual plancha presidencial del nacionalismo. Y es que el escudero – por más distinciones que tenga – siempre será escudero.


Escrito por

Renzo Mazzei

Periodista y comunicador político. Magíster en Ciencia Política y Gobierno por la PUCP. En twitter: @renzomazzei


Publicado en

Punto de mira

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